El futbol celeste crece a la carrera

02.09.2013 11:15

 

Deleitando, pero sin rematar, el Celta puso punto y final a su tercer partido de Liga. Un partido en el que exhibió su cara más descarada. La que se crea desde la confianza ciega en lo que se hace, en las virtudes y en el planteamiento. Como si el Celta del primer tiempo en el Villamarín fuese solo un espejismo. La intensidad, la lucha y la raza que se echó en falta en algún partido el curso pasado, se apilaba ayer sobre el césped de Balaídos.

La defensa

Revolución en la zaga

Un lifting a la defensa. Eso fue lo que Luis Enrique introdujo en la zaga. Sin pudor, expuso un centro de la cobertura inédito en el que mezcló a un recién llegado que debutaba y a un chaval recién salido de juveniles. Y la apuesta le salió bien. En un ejercicio de rejuvenecimiento, Jon Aurtenetxe y David Costas fueron los elegidos en detrimento de un Cabral que vio los toros desde la barrera y un Andreu Fontás que, como se esperaba, avanzó metros hasta el pivote. La apuesta de Luis Enrique, a todas luces arriesgada, resultó exitosa. Costas suplió la falta de experiencia -tiene 18 años- a base de corrección y concentración. El canterano prescindió de excesos y apostó por un juego sobrio que le amargó la tarde a Pitti, y sobre todo a Riki, un hueso duro de roer. En cuanto a Aurtenetxe, su debut como celeste dejó ver a un jugador rápido, que va bien de cabeza y que se encuentra cómodo en Primera. Quizás faltaban años, pero sobraba calidad.

El eje

Fontás ejerce de Oubiña

De las cuatro opciones que se le presentaban a Luis Enrique para suplir al sancionado Oubiña, tiró el técnico por la más obvia. Adelantó metros a Andreu Fontás para que ejerciese de pivote defensivo y se encargase de dar salida al balón, sin olvidarse de respaldar a la defensa cuando fuese preciso. A su lado, un Rafinha que ejercía por la izquierda y un Álex López que se metía por la derecha y al que avanzar metros le sienta bien a su fútbol. Su descaro a la hora de intentar disparos desde la lejanía es un punto a favor, y ayer flirteó con el gol hasta en dos ocasiones. Cuando el banquillo decidió que era hora de refrescar, Krohn-Dheli suplió al hijo de Mazinho asumiendo el papel de director de orquesta.

Presión y posesión

El rey del campo

En poco más de un mes Luis Enrique ha conseguido moldear a un Celta que respira su fútbol y que ha asumido cada concepto táctico y cada indicación del técnico como si fuese ley. Solo eso explicaría el perfecto dominio de los célticos en la primera parte, en la que maniataron a un Granada inoperante e incapaz de deshacerse del control rival. Los célticos presionaban en cada jugada, y cada balón perdido pasaba con celeridad a la lista de recuperados gracias a la intensidad y ayudas que desplegó todo el equipo. La posesión, un 65 % para los vigueses, ratifica el dominio absoluto del equipo local, que en el segundo tiempo cayó por momentos en las redes de un rival menos achicado físicamente, y que tuvo la fortuna de cara.

La ofensiva

Un ataque de izquierdas

Aunque a Roberto las amenazas celestes le llegaron por los flancos y el centro, la banda izquierda se destapó como la preferida por los de Luis Enrique (41 % del ataque) para buscar el gol. Quizás la querencia de Toni por subir la banda influyó, aunque Augusto sigue a su nivel.

 

 

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/celta/2013/09/01/futbol-celeste-crece-carrera/0003_201309V1P41991.htm