Luis Enrique siempre empieza con malos resultados
Luis Enrique envió un aviso a diez días del debut liguero. Todo proceso de adaptación lleva su tiempo e históricamente los comienzos de sus equipos no fueron buenos. El mayor ejemplo aparece en su debut en el Barça B cuando no ganaron hasta la séptima jornada, fueron colistas en Segunda B y terminaron ascendiendo. En la Roma el curso pasado, el inicio tampoco fue un camino de rosas. Por contra, sus conjuntos siempre van a más a medida que transcurren las jornadas.
«Adelanto que cada temporada, en mis año futbolísticos, han comenzado con dificultad de resultados. Mi primer año en el Barça B llegamos a estar últimos después de diez jornadas y acabamos ascendiendo. En Roma pudo pasar un poco lo mismo», comentó ayer el entrenador.
En su debut en un banquillo, en el verano del 2009, el filial del Barcelona no fue capaz de ganar hasta la séptima jornada (3-0 al Sabadell). Antes, tres derrotas y otros tantos empates que le llevaron a la zona de descenso. En la Roma, hace un año, la historia fue menos dolorosa: Empate y derrota en el Olímpico y dos victorias a domicilio en el primer mes de competición.
Por eso la situación que vive el Celta a estas alturas no le sorprende. Todo lo contrario. «Es un proceso que conocemos, nosotros deseamos fervientemente que empiece bien la cosa, pero estamos habituados a que si empieza mal cuesta que el jugador lo asimile», comentó mientras explicaba las pautas de trabajo: «Todo proceso de aprendizaje pasa primero por unas cotas de motivación con curvas en cuanto a rendimiento. Tenemos muy claro cómo queremos jugar y lo transmitimos dando conceptos y llegará un momento en donde por su propio peso caerán dentro del grupo».
No esconde que su deseo es acelerar ese proceso al máximo y que los resultados serían un bálsamo perfecto, pero la apuesta es inamovible: «Si jugamos al fútbol de esta manera es porque nos va a dar buenos resultados».
Por el momento el técnico no se aventura a establecer un período para ver a su equipo redondo. Se limita a aventurar que «los inicios siempre son duros y por lo tanto tendremos que poner más de nuestra parte». Volvió a repetir que la tarea de la permanencia será muy dura, pero no duda de conseguir el objetivo.
