Premio escaso para un Gran Celta

Poco premio para un gran partido. El Celta dejó escapar vivo al Granada de Balaídos y se tuvo que conformar con sumar un punto en un partido que dominó prácticamente en su totalidad. Al igual que sucediera ante el Espanyol en la primera jornada de Liga, el conjunto vigués perdonó en exceso a su rival y acabó pagando esa falta de lucidez ante la meta rival con la pérdida de otros dos puntos que por propuesta de juego y rendimiento mereció sobradamente ante un Granada muy rácano que apenas generó peligro y que aprovechó su única llegada para sacar petróleo.

El empate no debe empañar las vibraciones positivas que desprende el cuadro olívico en este comienzo de campeonato. A diferencia de los anteriores partidos, Luis Enrique dio un giro a la alineación que plantó cara al Granada. Más allá de la obligada ausencia por sanción de Borja Oubiña tras su primera expulsión como profesional, que fue cubierta por Andrés Fontás, que adelantó su posición, la gran sorpresa de la tarde fue la inclusión entre los titulares de David Costas, que formó pareja de centrales con el debutante Jon Aurtenetxe supliendo a Gustavo Cabral. El zaguero de Chapela, todavía en edad juvenil, ha cautivado a Luis Enrique, que no ha dudado en confiar en él.

Con todo, la puesta en escena del Celta fue muy buena, construyendo desde atrás con paciencia para tratar de desenmarañar el tejido defensivo del Granada, que quedaba a expensas de lo que pudieran hacer Riki, que fue recibido con abucheos por su pasado deportivista, y Piti, muy alejados del resto de sus compañeros.

Poco a poco, los célticos fueron empujando hacia su portería al Granada con buenas combinaciones en el centro del campo con Rafinha, que debutaba como titular, y Álex López, que ha empezado la temporada como un tiro. El cuadro vigués volcaba el juego hacia la banda izquierda, buscando aprovechar las subidas de Toni y las diagonales de Nolito, movimientos iniciados normalmente por Aurtenetxe, que encontró en profundidad en varias ocasiones al coruñés, que no estuvo muy fino en los centros al área.

La propuesta del Celta fructificaba y llegó la primera ocasión por medio de Álex López, que al filo de los veinte minutos, disparaba desde veinte metros pero se encontraba con la respuesta de Roberto. El premio en forma de gol llegó diez minutos después. Una buena conexión entre Nolito y Charles dentro del área terminaba con un tímido despeje de Mainz hacia la frontal, donde se encontraba el ferrolano, que rápidamente vio en la derecha a Augusto para, con un centro raso que el defensor del Granada tocó ligeramente, encontrar a Rafinha, que sin oposición fusiló la portería defendida por Roberto, llevando el delirio a las gradas de Balaídos.

El Celta se sentía cómodo, solucionando sin demasiados problemas las tímidas incursiones del conjunto andaluz por medio de Riki, muy bien controlado por Aurtenetxe y Costas. Cinco minutos después del gol, pudo llegar la sentencia gracias a una gran presión de Rafinha, que robó el esférico a Brahimi dejando en superioridad a Charles y Álex López. Sin embargo, el ferrolano erró en la definición y se estrelló por primera vez en el partido con el poste.

Tras una serie de tres saques de esquina consecutivos para el Granada que el Celta solventó sin demasiadas dificultades, Martínez Munuera señalaba el final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Tras pasar por vestuarios, el guion no varió y los locales mantuvieron la intensidad y encerraron a su rival en su campo. Para desgracia céltica, se cumplió la máxima de que el que perdona lo acaba pagando. Hasta cuatro ocasiones muy claras tuvieron los de Luis Enrique para cerrar el partido.

Uno de los protagonistas de estas acciones volvía a ser Álex López, omnipresente durante los noventa minutos y que enviaba a las nubes una gran dejada de Nolito. El ferrolano pasó el testigo a Charles, que por primera vez esta temporada se quedó sin "mojar". Dos tiros con su pierna derecha desviados y un cabezazo que también se escapó fuera de los límites de la portería de Roberto fueron el preludio del tanto del empate del Granada, más activo con la presencia de Diego Buonanotte sobre el césped.

En una de sus pocas incursiones en ataque, el lateral Bryan Angulo ponía un centro al área. David Costas no llegaba a despejar de manera acertada y Piti, que le ganó la partida a un despistado Toni, ponía las tablas en el marcador, un resultado muy injusto por todo lo que se había visto sobre el terreno de juego hasta el momento.

El gol y el paso de los minutos fueron haciendo mella en el Celta, que tenía que bajar una marcha por el fuerte ritmo impuesto durante el choque. Fue de nuevo Álex el que tuvo la ocasión más clara de romper de nuevo el marcador, pero su disparo desde fuera del área se volvió a encontrar con el poste. Pese al bajón físico, los de Luis Enrique lo siguieron intentando hasta el final pero el Granada supo cerrarse bien para asegurar el valioso punto que terminarían consiguiendo, un botín que pudo ser mayor si Hugo Mallo no se hubiera interpuesto de forma magnífica en el camino de Álvaro a falta de dos minutos para la conclusión de un partido en el que los vigueses ofrecieron muchos motivos para el optimismo.

FICHA TÉCNICA

1-R.C.Celta: Yoel, Hugo Mallo, David Costas, Aurtenetxe, Toni, Fontás, Álex López, Rafinha (Krohn-Dehli, min.61), Augusto (Madinda, min.86), Nolito (David, min.91) y Charles

1-Granada C.F.: Roberto, Nyom, Mainz, Diakhate, Bryan Angulo, Fran Rico, Iturra, Piti (Yebda, min.74), Brahimi (Álvaro, min.71), Dani Benítez (Buonanotte, min.54) y Riki

Goles: 1-0, min.29: Rafinha; 1-1, min.61: Piti

Árbitro: Martínez Munuera, del comité valenciano. Amonestó a Fontás, Dani Benítez

Campo: Estadio de Balaídos, 20.457 espectadores. Antes del comienzo del partido se guardó un minuto de silencio en memoria del ex jugador del Real Club Celta Tomeu Salas, recientemente fallecido

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